Un legado de gratitud y arte en el Servicio de Oncología

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En un emotivo gesto que entrelaza el arte con la memoria y la gratitud, el pintor Ignacio Amorín, quien fuera paciente del Servicio de Oncología del Hospital de Clínicas, dejó como legado una obra de su autoría que hoy cuelga en las paredes del propio servicio donde fue atendido.

La entrega oficial del cuadro fue realizada por sus hijas, Catalina y Carmela, al Profesor Dr. Gabriel Krygier, responsable de la Unidad Académica de Oncología. El acto contó con la presencia del Director del Hospital, Dr. Álvaro Villar, docentes de la Cátedra e integrantes de la Fundación Clarita Berembaum.

La obra, además de su valor estético, encierra un profundo simbolismo: es el reflejo de un vínculo construido entre paciente y equipo de salud, basado en la confianza, el respeto y el acompañamiento humano. Ignacio Amorín dejó un grato recuerdo en todo el personal que lo asistió durante su tratamiento, y su legado permanece como testimonio sensible de ese recorrido compartido.

Durante la ceremonia, la Dra. Clara Rodríguez evocó con particular afecto la calidez y entereza de Ignacio, destacando la humanidad que supo transmitir incluso en los momentos más difíciles.

Hoy, el cuadro no solo embellece el espacio, sino que también honra la memoria de un paciente que eligió agradecer con lo mejor que tenía: su arte.

 

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